A.-) Territorio. De manera primaria y fundamental, el dominio del Estado aparece definido por un territorio delimitado por sus fronteras. Con frecuencia, esta delimitación obedece a diversos hechos históricos más o menos complejos (guerras, transmisiones hereditarias, accidentes geográficos, etc.), pero su conocimiento oficial se establece convencionalmente y de forma solemne por medio de tratados.
Además, en la actualidad, se consideran territorios de un Estado el litoral o las zonas de mar próximas a sus costas (200 millas marinas), las islas que en éste se encuentren, las embajadas, las naves o barcos con pabellón de dicho Estado y determinados espacios aéreos.
B.-) Pueblo. El pueblo se encuentra constituido por las personas y los grupos sociales que residen en el territorio puesto bajo la jurisdicción del Estado. La relación entre los diversos seres y grupos humanos que forman un Estado suele fundamentarse en una serie de sentimientos comunes difíciles de explicar con precisión, pero que, en general, pueden basarse en ciertos rasgos comunes de tipo histórico, lingüístico, cultural, así como raciales, organizativos, etc. Aunque estos rasgos poseen un importante significado respecto al surgimiento de los Estados concretos, todos ellos poseen un valor relativo y, en último término, el fundamento esencial de los Estados ha de venir constituido por la voluntad libre de las personas singulares y concretas; por tanto, es necesario rechazar todo sentimiento nacionalista que intente identificar el Estado con determinada raza, tradición, lengua o cultura. En este sentido, los Estados son cada vez más pluralistas y. por consiguiente, los sentimientos nacionales, aunque justos y legítimos, han de ser cada vez más abiertos y tolerantes.
C.-) Soberanía. La característica esencial del Estado es la soberanía, la posesión de un poder soberano, es decir, no sometido a ningún otro poder superior. Desde este punto de vista, el Estado es una organización social que tiene por misión garantizar su propia seguridad y la de las personas, grupos y sociedades que se encuentran bajo su jurisdicción, tanto contra los peligros exteriores como contra los interiores.
A este respecto, la soberanía se manifiesta tanto en el plano interno como en el plano exterior.
• En el plano interno. En este plano, el Estado posee la máxima autoridad y solamente a él le corresponde el arbitraje y la solución de los conflictos entre los diversos individuos y grupos; su autoridad no puede ser sustituida ni moral ni materialmente por ninguna otra fuerza; en este sentido, por una parte, dispone de las capacidades legislativas, judiciales y ejecutivas (Cortes o Parlamento, jueces y gobierno), es decir, el monopolio de la ley y de las fuerzas coactivas y, por otra, todas las entidades particulares, esto es, las comunidades religiosas, las organizaciones sindicales, los grupos profesionales, las formaciones políticas, etc. han de encontrarse siempre dentro de la legalidad establecida por el Estado.
• En el plano exterior. En cuanto al exterior, la soberanía nacional se caracteriza por su autonomía y por su independencia con respecto a la comunidad internacional o, lo que es lo mismo, a las organizaciones internacionales y a los otros Estados.
En la actualidad, el denominado Derecho internacional, en cierta manera, tiende a establecer determinados límites al poder de cada Estado. Ahora bien, el propio Derecho Internacional reconoce la soberanía de los distintos Estados, es decir, que sus cláusulas o disposiciones jurídicas específicas comienzan reconociendo el poder soberano e inviolable de todos los Estados.
Por otra parte, el desarrollo de las instituciones democráticas ha contribuido a reforzar la idea de soberanía, ya que éstas han proporcionado al Estado un fundamento humano; la soberanía del Estado, de esta manera, no es más que la expresión de la voluntad y de los deseos del pueblo (de las personas de una comunidad) de establecer su propia organización y de disponer de su propio destino. Fuente: Material de trabajo proporcionado.
La mayoría de los
tratadistas de derecho constitucional han coincidido en que los elementos
constitutivos del estado son: la población (el pueblo), el territorio, y el
poder político, en el sentido equivalente a gobierno.
1. LA POBLACIÓN.
Es el primer elemento constitutivo del Estado. Se refiere al conjunto de personas que están ubicadas dentro del Estado. No habrá estado si no existe el pueblo y viceversa.
2. EL TERRITORIO.
Es el primer elemento constitutivo del Estado. Se refiere al conjunto de personas que están ubicadas dentro del Estado. No habrá estado si no existe el pueblo y viceversa.
2. EL TERRITORIO.
El segundo elemento
constitutivo del Estado es la población, es decir, la comunidad humana asentada
en su territorio y que se halla subordinada a su autoridad. Aquí aparece la
problemática de la nación, así como la relación entre la nación y el Estado.
Sin existencia de este no podría haber estado.
La nación puede
caracterizarse de modo genérico como un grupo social relativamente extenso
cuyos integrantes poseen un sentido de pertenencia a él debido a rasgos
culturales y a una conciencia histórica comunes, Los integrantes de una nación
tiene una conciencia más o menos explícita, según los casos, de formar parte de
una comunidad distinta a las demás. Esta conciencia nacional implica la
identificación con valores culturales comunes, así como vínculos efectivos de
solidaridad entre los integrantes de una nación. La nación se define, por lo
tanto, en términos esencialmente socio-culturales e históricos. Ello significa
que a pesar de la diferenciación social y económica que haber al interior de
una nación, subsisten vínculos comunes que establecen la solidaridad nacional.
Es decir que las diferencias entre las castas, los estamento y las clases
sociales que hay en una nación no impiden el desarrollo de la conciencia y el
sentimiento de pertenecer a una comunidad nacional distinta a las demás. La
nación es un fenómeno colectivo en el cual puede coexistir la heterogeneidad de
subgrupos, con intereses sociales y económicos específicos, con la homogeneidad
de la conciencia y el sentimiento nacional. Es por ello que la nación es una
comunidad integradora frente a los subgrupos que la conforman.
3. EL PODER
POLÍTICO:
Es el tercer
elemento constitutivo del Estado. Se refiere a la capacidad o autoridad de
dominio, freno y control a los seres humanos, con objeto de limitar su libertad
y reclamar su actividad. Este poder puede ser por uso de la fuerza, la
coerción, voluntaria, o por diversas causas, pero en toda relación social, el
poder presupone la existencia de una subordinación de orden jerárquico de
competencias o cooperación reglamentadas. Toda sociedad, no puede existir sin
un poder, absolutamente necesario para alcanzar todos sus fines propuestos. Fuente: http://www.enciclopediadetareas.net/2011/06/elementos-constitutivos-del-estado.html